lunes, 24 de mayo de 2010

La edad del pavo...

La semana pasada me cayó de sorpresa inesperada un correo electrónico enviado por mi profe de matemáticas de la escuela secundaria. Parece que son los 50 años del Instituto y están armando la re-fiesta.

Como que hace mucho que no me veo con casi nadie de allí excepto uno o dos amigos que después siguieron en la facultad, no se muy bien qué es lo que me encontraría en el hipotético caso de que fuera a la celebración de los ex-alumnos del 8 de octubre. Seguro que la gente que me conoce de esa época se sorprendería un poco al repasar el curriculum abreviado de los últimos 20 años de mi vida, y seguro que yo también. Estoy tentado de decir que no apostaría mucho sobre quien se sorprendería más, que me parece que me haría unos buenos dineros en ese tema. Todavía recuerdo cuando de niños nos decían que la escuela secundaria iba a ser la mejor etapa de nuestras vidas, y me da la impresión de que nos lo decían porque se esperaba que a los 20 dejaras embarazada a alguien y que a partir de allí toda tu existencia se reduciría a un episodio interminable de casado con hijos. Lo peor de todo, es que yo estuve peligrosamente cerca de eso, pero no lo voy a contar aquí gratis (!)

En la escuela primaria entrábamos a clase a las 8 y salíamos a las 12. Yo odiaba tener que despertarme temprano. Mi plan de vida era hacer el secundario en la “Comercio”, que ahí solo había turno tarde, no te hinchaban con actividades extras, eran 5 años tranquilos... Pero resulta que en el interín me llenaron la cabeza (y no voy a decir quién porque esto también forma parte del pack de cosas que uno no cuenta gratis por allí, basta saber que lo se) de que “el Pío” era un colegio de lo más, y que estaba super bien, y toda la bola esa. La cuestión es que mi escolaridad religiosa se extendió por 5 años más, y el turno mañana también, ahora de 7.15 a 12.35. Y los días de educación física, hasta la una y cuarto.

Ya puestos en “la mejor etapa de mi vida”, me puse a averiguar un poco mejor sobre cómo sobrellevarla. Y a juzgar por las respuestas que encontré, parece ser que lo mejor que te puede pasar en este duro trance de la adolescencia donde te crece todo, es divertirte a lo más a costa de tus profesores, preceptores, compañeros, lo que venga. Y una vez en el baile... Como buen aprendiz de investigador comencé averiguando qué hacían los de las divisiones superiores y también en otros establecimientos escolares, y recopilando bastante información sobre maneras varias de entretenerse en la escuela. Valga aclarar que yo no era ni por cerca el líder o caudillo o lo que sea de estas actividades, por más que la profesora de música tuviera esa impresión y así me lo hiciera saber cada vez que podía. Digamos que yo iba un poco “por libre” -como cuando pedí pasar a la pizarra en la clase de Olmedo y me auto-colgué un cartel en la espalda que decía “Omedo pelotudo” que le consiguió 3 amonestaciones a toda la división excepto yo- y también tenía colaboradores y algún que otro subordinado y/o aprendiz. Como ahora, bah (?).
Aunque hay actividades en las que no tuve nada que ver, aunque me hubiera gustado. Como cuando durante el último año a varios de mis compañeros se les ocurrió presentar una lista para las elecciones en el centro de estudiantes donde pusieron como candidatos a todos los que habían pasado el último fin de semana en comisarías varias por perturbar la moral y el orden público, y puestos a debatir sobre el nombre de la lista, primó "Todos Unidos PAra el PIo" (TUPAPI), ya que el cura director había vetado "Todos Unidos MArchando Directamente a la Reforma Estudiantil" (TUMADRE). La lista fue a elecciones y sacó decorosamente 35 votos, cifra que curiosamente coincidía con la cantidad de alumnos de nuestra división. Habíamos conseguido finalmente la tan ansiada “unidad del curso” con la que nos rompieron las guindas por 5 años...

Pero vamos desde el principio. Durante el primer año no nos quedaba otra que portarnos bien porque el sistema era nuevo, todavía había gente que llamaba “seño” al profesor de lengua y esas cosas... Ya habituados, comenzamos a relajarnos un poco en el segundo curso y a partir de allí fue todo como de fiesta sin parar. El padre Mangini -por poner un ejemplo- es uno que cayó rápido en el ranking de los “en tu clase no se escucha ni una mosca”, que alguien comenzó a traerse grabaciones en audio de películas porno y le daba play a la casetera durante las clases de dibujo de Mangini, cada clase desde un lugar distinto del aula, y el pobre cura se volvía loco intentando dilucidar de dónde venía “esa conversación” que estaba claro que no era ninguno de nosotros ya que no había mujer alguna en la división, y mucho menos una que jadeara de esa manera. Tiempo después, ya aburridos del porno, evolucionamos culturalmente, y comenzamos a escuchar en su clase segmentos del radioteatro “Nazareno Cruz y el Lobo” que iba al aire todas las noches a las 21, y también audio grabado de Venganza de Mujer, donde Luisa Kuliok hacía de correntina y era hi-la-ran-te. Su mejor intervención por lejos fue: “extraño la tierrrrrrrra, el barrrrrrrro, los shushos” (¡)

El padre Mangini pasó a mejor vida hace ya tiempo, así que no lo veré en el encuentro del 8 de octubre. Otra que no se si seguirá viva o no y/o si aparecerá en el evento este de los 50 años es la Condorito. La condorito fue nuestra profe de biología en primero y segundo, y después de química en cuarto y quinto. Al principio como que le teníamos un poco de respeto, pero rápido-rápido nos cayó información proveniente de los cursos superiores afirmando que en sus clases se podía hacer cualquier cosa, información que fue debidamente verificada y corroborada. Creo que lo terminamos de confirmar durante ese incidente que protagonizaron Gustavo C. y no recuerdo quién más que estaba sentado detrás de él, que envueltos en animada conversación mientras la condorito daba su clase, fueron increpados por ella a viva voz: “¡ustedes dos! ¿Se quieren ir a conversar afuera?” Y Gustavo C., rápida e ingeniosamente respondió también a viva voz: “yo no me quiero ir afuera”. Y luego dirigiéndose a su compañero le preguntó “¿vos te querés ir afuera?” Y ante la negativa de éste se volvió hacia la condorito y le dijo: “No, gracias. Aquí estamos bien”, y siguieron conversando. Ella se quedó en silencio por un rato mientras la clase se reía de la situación, y después continuó con la clase como si no hubiera pasado nada...

A la condorito le decían “condorito” por su nariz peculiar. Sumado a eso llevaba el cabello corto estilo interna de reformatorio, que hacía que resaltaran aún más sus rasgos faciales. Alguna vez intentamos hacer correr el rumor de que todavía servía sentencia en el Pelletier, pero era obvio que no era cierto, porque todos sabíamos donde vivía. Es lo que tienen los pueblos...

Cuando “nos” volvió en cuarto año, nos impactó tanto volver a verla, que cuando la habíamos dejado éramos niños todavía y ahora ya adolescentes hechos y derechos. Y en uno de esos momentos “doppler” que ocurren cuando hay un murmullo general y de repente se callan todos menos uno, Manolo G. dijo al aire lo que era vox populi pero que a nadie ni siquiera le importaba decírselo a la cara: “¡qué fea que es, pobre! Yo no la tocaría ni con un palo”.

Una constante durante sus clases era que cada tanto se escuchaba por entre los pupitres: “prrr! prrr! Querés perejil?” Yo una vez me conseguí en el periódico local un artículo que hablaba sobre el tráfico ilegal de loros en la provincia. Lo recorté y lo puse en un tablón de anuncios que había por los pasillos bajo el rótulo “para leer en la clase de química”, con tanta buena suerte que el director de estudios leyó el rótulo pero no la nota, vino a darnos un discurso sobre lo bueno que era que hayan alumnos (léase yo) que utilizan estos tablones para asuntos serios como recortes periodísticos que pueden ser utilizados durante las clases y no para todas las guazadas que se estaban escribiendo allí, y después fue a decirle a la condorito que le habían colgado algo para leer en su clase. Obviamente fuimos todos corriendo a espiar por detrás de una ventana el momento sublime en que ella se asomó al tablón para encontrarse con la cruel realidad.

Otra información que nos cayó de arriba y que para mi fue difícil de creer hasta confirmarla, fue que cuando se enojaba-enojaba, le salía la villa de adentro. Yo pensaba: no puede ser. Esta chica da clases en la universidad, va a congresos en el exterior, publica en revistas internacionales con referato y de alto índice de impacto... Pero, la villa es la villa y una vez más, la tradición oral estaba en lo cierto. Que cuando el nivel de ruido en el aula se volvía insoportable para su clase magistral dictada con las manos desde el frente del auditorio, se le escapaba como en un aullido de lobo “¿pero quién é lo que tá gritando?” que hacía que el nivel de ruido aumentara porque toda la clase rompía en una gran carcajada. Otra frase de las extrañas que aparecían en su repertorio era “no se hagan de los vivos”. Lo curioso es que ella era conciente de esto, ya que entre los varios dibujitos de condoritos y narices que se encontraba estampados en la pizarra al principio de cada clase, estaban estas frases escritas por allí. Pero nunca dijo nada al respecto, alguna vez una especie de autobroma sobre lo mal hablada que era, pero nada más. Y como la crueldad se puede siempre llevar al extremo, y la de los adolescentes ni te digo, empezamos a usar ese lenguaje en la vida cotidiana. Delante de ella, claro. “¿Quién é lo que tiene mi libro?” “¿Quién é lo que va a venir eta tarde al partío de fúbol?” And so on, and so forth...

Mi madre daba clases con la condorito en otra escuela, así que yo tenía un poco de información extra sobre su vida. Gracias a eso supe -por ejemplo- que los lunes la condorito terminaba su clase en el otro establecimiento a las 11 y tenía que estar a las 11.15 dándonos clases a nosotros. Así que siempre llegaba sobre la hora y conduciendo el coche a mil. Eso fue debidamente aprovechado un día en que llovía torrencialmente y le cerramos el acceso al parking poniendo una cadena tensa en posicion horizontal a la entrada. Sobre las 11.10 nos apostamos en la puerta del colegio, debajo del techo, a unos 20 metros de la cadena, haciendo conjeturas varias sobre la física de la situación, y los posibles escenarios de catástrofe que teníamos por delante. Fue lo más cercano a un reality que habremos tenido en ese entonces.
Afortunada o desafortunadamente, pasar lo que se dice pasar, no pasó mucho. Ella vio la cadena a tiempo, frenó, se puso a darle a la bocina como para que alguien vaya a sacar esa cadena bajo la lluvia torrencial, nosotros desde la puerta disfrutando como en el coliseo pero sin intervenir, que ella misma nos enseñó que en los experimentos hay que tener la menor intervención humana posible. Al final, tuvo que bajarse del coche bajo el gran chaparrón, hacer todo el trabajo de sacar la cadena ella solita, darle un feroz reto al pobre cura administrador por haber puesto esa cadena en un día de lluvia, y -una vez empezada la clase- aguantarse que alguna voz en el fondo le pidiera con ingenuidad disimulada si ese día no nos podía explicar algo relacionado con “la cadena alimentaria” o “la cadena del baño”.

Otro día informome mi madre que era el cumpleaños de la condorito, y dispuestos a perder horas de clase, comenzamos a organizarle la fiestita. Improvisamos una torta de cartón con unas láminas viejas que había por allí de la feria de ciencias, y nos tomamos prestados unos candelabros de la iglesia para cumplir con el rito del apagado de las velitas. Obviamente la pizarra fue ornamentada con dibujos de globos y guirnaldas, en el centro un gran condorito multicolor sonriente con un bonete en la cabeza. Ella por supuesto quedó entre emocionada y contenta, y nosotros entreteniéndola como para que cuente cualquier cosa de su vida y se vaya la hora, hasta que vino el cura director a buscar a los responsables del sacrilegio de haber profanado el templo. Le devolvimos sus velas aunque no el vino de misa ya consumido, y todo volvió a la normalidad, aunque nunca confesó cuantos años realmente había cumplido.

Sobre el final de mi paso por el instituto me cayó también la novedad via mi madre de que la condorito había conseguido novio, lo cual fue una sorpresa enorme para toda la división, que rápidamente se dedicó a indagar en su vida privada hasta el hartazgo pero ella no soltaba prenda. Y entonces decidimos que había que conseguirle también un novio a la de historia, bajo la presión de que “mire que hasta la condorito consiguió uno”. Tiempo después cuando ya había dejado yo el colegio y había cambiado un poco la conducción, me enteré por los que seguían siendo alumnos que (y esto mi madre jamás me lo habría contado) parece ser que su novio era divorciado y ese tema le traía conflictos con la santa madriglesia, que tuvo que renunciar a dar clases o se tuvo que ir a vivir con el novio a otra ciudad, o alguna combinación de las dos.

A lo mejor en el encuentro ese del 8 de octubre hay una mesa para los que llevamos vidas descarriadas (aunque siguiendo el espíritu inclusivo de Don Bosco yo más bien llamaría a este rubro “alternative lifestyles”), y nos sientan juntos allí. Igual, puestos a sincerarnos ella tranquilamente podría mirar mi anillo de casado y decirme a la cara: “yo siempre lo supe. Claro, con esa madre que tienes. ¿Quién é lo que se rie ahora, eh? ¿Quién?” Mmm.... no se si iré al encuentro este, espero que pongan fotos en el facebook, eso si.

viernes, 14 de mayo de 2010

Experiencias religiosas

Una de las pocas o muchas (esto depende de como me despierto cada día y hoy todavia no lo se) frustraciones de mi vida es que nunca voy a poder bailar flamenco como los que bailan flamenco. Que se ve que eso hay que llevarlo en la sangre y sentirlo y sufrirlo y sudarlo como se debe, y que a mi no me va a salir nunca al 100% por mas de que practique y practique hasta el cansancio. Lo mismo me pasa con el francés y con los Elementos de Bourbaki, pero eso lo dejamos para otro día.

Lo que mas me fascina de una sesión de flamenco es que los asistentes parecen entrar como en trance, y lo mas parecido a eso que vi en mi vida fue en las reuniones de la "renovación", que no me voy a poner aqui a entrar en detalles sobre que es la renovación ni nada por el estilo, basta imaginar una sesión de esas de flamenco donde la gente entra en trance y profieren algunos gritos que no se entienden muy bien de qué van, y a veces hacen algunas piruetas.

Cuando yo era chico no existían ni la renovacion ni el flamenco allá en Corrientes. Estaba la academia de danzas de Paquita Gomez adonde mi hermana aprendia danzas españolas y era lindo ir a ver la exhibición de fin de año donde ellas bailaban jotas, pasodobles, bulerías y otras danzas de la península. El plato fuerte de la noche lo ofrecían las chicas mas mayorcitas que terminaban ese año con sus estudios, y bailaban flamenco que se supone que era como el cielo de las danzas españolas. Pero de la renovación, nada de nada. Supongo que durante los gobiernos militares el espíritu no fluye mucho por el país. Uno iba a misa los domingos y el catecismo lo aprendia en la escuela. Usabamos los libros de la coleccion "Vida" que todavia los recuerdo de primero a septimo: "Vamos a Jesus", "Hablemos con Jesus", "Unidos a Jesus", "Jesus, Camino, Verdad y Vida", "Testigos de Jesus", "La Historia del Pueblo de Dios" y "En Marcha con Jesus". Por suerte no recuerdo nada de los contenidos, y parece que ya no se editan mas. Es que con tantos cambios que ha tenido la iglesia en estos últimos años, claro..

Cuando ya estaba en la escuela secundaria comenzó el boom de la renovación, aunque yo nunca entré en el circuito. Yo iba al "movimiento" y tampoco me voy a poner a explicar aqui que era (o es) el movimiento porque estuve 11 años allí, y necesitaré 11 veces 11 para largarme a hablar sobre ritos y costumbres del grupo este. A los efectos de esta nota, digamos que en el movimiento no éramos (o yo no era) muy afectos a dejarnos llevar por el espiritu, aunque cada tanto tenías que comerte comentarios del tipo "Dios en una meditación me dijo que cambie de carrera", o los tipicos comentarios post-ejercicios-espirituales-jesuiticos: "esta semana no se que me pasa que rezo, rezo, rezo, pero sigo en desolacion".

La renovación era como mas del pueblo. Obviamente que tuve mucha interacción con sus miembros y de hecho algunos en mi familia ¨militaban¨ allí. Recuerdo haber estado en un par de reuniones donde en algún lugar de la sala alguien decía no se que cosa en un lenguaje totalmente desconocido para mi, y en el rincón opuesto otra persona con los ojos cerrados te lo traducía al castellano. Eso digamos que califica como lo más bizarro que llegué a presenciar en este tipo de eventos. Aunque después no tardaban en llegarte todo tipo de comentarios maliciosos sobre historias que ocurrían en sus reuniones. Anécdotas que no se si creerlas o no, pero como todo lo que pasa en la iglesia debe de quedar alli (nunca me dijeron esto directamente, pero jo no soc tonto), no diré mucho al respecto. Aunque todavia estoy intentando imaginarme como fue ese momento en el que en el medio del trance de la reunion donde estaban todos pidiendo las trivialidades de siempre del tipo que le vaya bien en el próximo examen a mi hijo, y que mi marido consiga trabajo, y que mi suegra me deje en paz de una buena vez... parece que una mujer de entre las posesas exclamó en alta voz: "necesito sentir calor de hombre de 35 a 40". Y pagó caro su deseo, que se la llevaron a la habitación de al lado a exorcizarla.

Otra vez fui a una de esas misas de clausura de no se qué retiro de la renovación adonde habia ido mi hermana, que esos son de lo más porque la gente vuelve como medio enfervorizada y el evento es interesante de ver. Yo cometí el error de sentarme justo por detras de los renovados, que en algún momento se dieron vuelta y me abrazaron todos, y en ese momento me sentí como la Sole de la película Volver cuando llega al velorio de la tia Paula y la abrazan todas las viejas del pueblo. Después durante la misa nos invitaron a todos a ¨entrar al cielo, que parece que significaba atravesar una especie de puerta de cartón que se habían montado allí. Yo lo hice, y a partir de ahora estoy en el cielo, solo que parece ser más de lo mismo. No era tan guay como creía...

Cuando me fui de Corrientes se terminaron mis vivencias de movimiento y renovación, y no es que en Buenos Aires no hubiera ni lo uno ni lo otro, supongo que ya habré tenido demasiado, o quedaba todo muy lejos, o la religión en porteño no era lo mío. Al principio solía ir a una misa por Palermo ahi cerca del shopping, una misa para jovenes que no estaba mal, y como que era un barrio para gente como uno, las homilías tenian mas que ver con que era inmoral prohibirles a las empleadas domésticas entrar por la puerta principal del edificio y esconderlas por la puerta de servicio. Despues me mudé a Belgrano, y fui un par de veces a la iglesia de turno, pero ya no tenía el mismo glamour y dejé de ir.

En Francia ni me animé a pisar un templo, que yo creo que si le decía a cualquiera de mis colegas del INRIA que había ido a misa me echaban del instituto. En los EEUU obviamente la experiencia fue muy distinta. Como que allí hay miles de iglesias y casi que da igual ir a cualquiera. Yo estaba empecinado en ir a la católica-católica que finalmente consegui averiguar dónde quedaba gracias a un panfleto que vi alguna vez en el campus. Y estaba bueno ir a misa allí porque como que casi todos los participantes eran estudiantes geeks, así que la misa de jóvenes era a las 21 horas así no te robaba el tiempo para estudiar, y la gente en la canasta de la colecta dejaba cheques, e íbamos ordenadamente a comulgar. Algo que nunca antes había visto en mi vida eso de que primero pasan a comulgar los del primer banco, despues los del segundo, y asi sucesivamente. Como cuando uno se baja de los aviones. Que nivel, los católicos yankis!

Recuerdo que me pasé como 4 o 5 domingos seguidos totalmente frustrado porque todo el mundo parecía conocer de memoria todas las canciones y no habia ni cancionero ni nada escrito sobre los bancos que siempre suele haber, y con lo lindo que es cantar... Hasta que un día finalmente vi la luz y se me ocurrió mirar un poco alrededor del altar, hacia donde curiosamente estaban dirigidas todas las miradas de la gente. Y me di cuenta que arriba a la izquierda había una pantalla gigante donde se iban proyectando las letras de las canciones. Todo muy cool, incluso hubo un dia que cantamos en español porque era el dia de la mexicanidad, o ese día la colecta iba a México o algo así. Irónicamente, esa iglesia está a 100 metros de la casa del que ahora es mi marido, y doblemente ironico es el hecho de que la ultima vez que estuve en ese templo fue el domingo anterior a conocerlo. Debería volver, sobre todo porque al final de la misa de las 21 te regalan donuts en la puerta de la Iglesia. Pero es lo que tiene estar casado con un agnóstico, que no te va a acompañar ni a la puerta aunque sea en la esquina de su casa.

Pero mi mejor experiencia religiosa en los EEUU la tuve de la mano de Hugo y sus teólogos. Cuando llegue' a Berkeley en el 2002 ya estaba allí Hugo estudiando en el Graduate Theological Union, que es como un seminario ecuménico que comparten varias iglesias alrededor del campus de Berkeley. Yo a Hugo lo conocía de Buenos Aires, de cuando vivíamos ambos en el barrio de Once. Y fue interesante encontrarme todo ese universo multicultural de seminaristas de iglesias cristianas varias que combinaban teología cristiana con budismo o yoga y esas cosas. Muy Berkeley todo, por cierto. Pero como que casi fueron mis primeras interacciones con el mundillo académico de allí, me fascinaban de manera particular.
Recuerdo haber participado de unas charlas interesantísimas con la gente de allí que comenzaban con "cual es tu background religioso?", como cuando aquí preguntamos si eres de Soria o Andalucía. Estas veladas también contenían chistes interesantes del tipo "estos luteranos son tan estrictos, el susto que se van a pegar cuando lleguen al cielo y se enteren que Dios es negra".

Uno de los momentos mas memorables de mi interaccion con los chicos del GTU fue cuando me llevaron a la misa tecno cosmica universal. Que yo al principio pensaba que iba a ser como una combinación entre las misas del movimiento y de la renovacion, con tecno-canciones. Nada que ver. Era mucho más que todo lo raro que vi yo en la vida. Aquí hay una especie de documental sobre lo que es esa ceremonia, y como que fui dos veces al rito, puedo certificar que es cierto todo lo que se ve allí.



La gente llegaba a la techno cosmic mass vestida como de misa de domingo, lo cual te hacía creer de entrada que ibas a una misa del domingo. He que aclarar que la vestimenta de domingo en esta zona era ¨East Bay style¨, o sea ¨como que ya he intelectualizado bastante eso de que la ropa tiene que estar en función mía y no al revés, pero igual me gasto la misma cantidad de dinero que me costaría vestirme bien en comprarme estos harapos en una tienda de Telegraph y termino vestida de hippie, pero con ropa nueva y ecológica¨.

El evento ocurría en una sala de algún lugar de Oakland. Al principio te daba la impresión de que estabas en una misa-misa con un celebrante que se parecía a un cura y que ahora mirando el documental me vengo a enterar que Benedicto cuando todavía era Ratzinger lo había excomulgado ya hace más de 20 años. Pues resulta que este señor que se llama Matthew Fox (y a no confundir con este otro Matthew Fox que ya nos hubiera encantado también verlo por allí) es el inventor de todo esto.

La ceremonia tenía 4 partes: via positiva, via negativa, via creativa y via transformativa. En la primera y en la última se bailaba trance (que se pronuncia ¨trans¨y no tiene nada que ver con el trance de las flamenqueras o las de la renovación). Durante la via negativa te pasaban unas imágenes así super super pálidas con gente sacando comida de la basura, bombas atómicas, heridos, amputados,... y al final te invitaban a sacarte toda la angustia de adentro al mejor estilo sajón que era gritando a todo pulmón por 3 minutos y después ya te sentías mejor y pasábamos al tema siguiente. Ese fue el único momento en que pensé que nos iba a caer la policía y nos iban a encerrar a todos, y yo por supuesto sin mi pasaporte en el bolsillo.

En la tercer parte había como una especie de consagración de pan y vino como en las misas habituales pero aquí la invocación era más del tipo: ¨te pedimos {Dios, Alá, Buda, Pachamama, Munra,...} que bendigas estos alimentos...¨. Después comíamos todos un poco de pan y bebiamos vino de una copa (tratándose de eventos inclusivos, se podía elegir beber de una copa de vino orgánico sin alcohol que yo por principios no hice), y terminábamos finalmente en la vía transformativa bailando como lo que ya éramos en ese momento -posesos- hasta que nos decían que podíamos irnos en paz y eso hacíamos.

Cada celebración tenía como un ¨tema¨. La segunda a la que fui creo que versaba sobre la Gaia o algo así, que durante la via creativa vino una chica con una guitarra e hicimos todos como una gran cadena tomándonos de las manos mientras cantábamos ¨la canción de la vía láctea¨, y a medida que avanzaba la canción nos íbamos espiralando como la dichosa vía. Al principio todos hacia adentro como una especie de anti-big bang, y después cuando ya estábamos todos como muy pegaditos, nos desespiralábamos. Y el plan era sentir la energía que fluía desde el centro...

Pues al final de la celebración uno se iba pensando que qué delirio todo eso, pero como que siempre terminábamos en un bar con Hugo y sus teólogos, y todos asintiendo en que el rito era correcto, y que teológicamente estaba bien construido, y después nos seguíamos contando sobre nuestros religious backgrounds y lamentándonos del hecho de que los luteranos ni los cuáqueros nunca vendrían a algo así.

Aqui en España tampoco hay renovación ni movimiento, hay kikos, está el opus y otros elementos super frikis como lo que sigue, que ya cuando venga mi madre a visitarnos a la península seguro que haremos el circuito que a ella le va este rollo.



Lo que me parece de destacar en este video es que alrededor del minuto 1 se ve al Señor Obispo con una cara de ¨4 años de filosofía y 6 de teología para esto?¨ Es lo que tiene el (santo?) oficio...

De momento, yo sigo los rituales de las vias positiva y transformativa cada vez que puedo, generalmente fines de semana, aunque además de trance hay otros ritmos, y se lo pasa uno muy bien de veras. A veces pienso que tendría invitar a esa pobre mujer de la renovación -la que fue exorcisada por pedir lo que realmente necesitaba- a que se venga a nuestras celebraciones que aquí seguro encuentra calor de hombre de toda edad. Aunque algunas noches las chicas no están permitidas, ni aunque vengan sujetas con un lazo.

sábado, 1 de mayo de 2010

En el mes del bicentenario...


Sean eternos los laureles
que supimos conseguir...

(Karlos Arguiñano en tu cocina)

Que inteligente esta Cristina que hizo coincidir los festejos del bicentenario justo antes del mundial de fútbol, porque si hay algo que es bien argentino es eso de que cada 4 años la gente comienza a sacar de los armarios santa ritas, san antonios, cruces milagrosas, nos comemos las uñas más de que costumbre y después hay como una especie de parálisis nacional (nunca mejor dicho) cuando llegan los partidos de la selección.

Y eso no es algo genético, no señor, que me lo dijo Kornblitt la otra vez tomando unas copas en el Bacon Bear Bar (o era alguien parecido a Kornblitt, ya no me acuerdo), pero Igual no vamos a ponernos intelectuales con este tema que tampoco da para tanto. Uno de los primeros recuerdos de mi infancia fue haber ido con mis padres y hermanos en el viejo fiat 128 de papá el dichoso 6-0 de la semifinal Argentina-Perú del mundial 78. Curiosamente, no tengo memoria alguna del día del final pero como que para esa época habré tenido 4 años supongo que podréis disculparme el desliz...

Lo que sí no puedo evitar olvidarme es la latosa canción con la que nos dieron y nos dieron y nos dieron hasta que nos la aprendimos de memoria


y hasta el día de hoy nos persigue como un residual del lavado de cerebro que nos regalaba del régimen de turno. Nosotros en casa teníamos una versión en vinilo cantada por "los pollitos" que daba risa ya en 33. Y si la ponías en 45 o 78, mucho más.

Por suerte la memoria de uno es sabia y uno borra de su cabeza cosas como esta


que da como un poco de pena. Y hablando de cosas que dan pena, si alguna vez se os ocurre preguntarse qué fue de la vida de aquellas héroes, aquí los podeis ver alrededor del 2002:



Del mundial 82 recuerdo poco, casi que estaría tentado de decir que este comercial


estaba relacionada con ese evento, pero lamentablemente no. Igual, el youtube que es como el ojo que todo lo ve, tiene algo guardado de esa época, donde obviamente aparece nuestro gran DT haciendo -oh the irony!- publicidad de coca (!)

Aunque para ser justos, hay que decir que también hizo publicidad de Guaraná:


La verdad es que a este pobre chico lo utilizaron para cada cosa, aquí aparece jugando al ring raje en la época de los partidos de medianoche del Corea-Japón del 2002:


aunque yo prefería el "combo" de I-SAT para quedarte despierto hasta que empiecen los partidos:


Después están los que no juntaron plata suficiente para contratar al ídolo pero llegaron a conseguir al menos las partes mas significativas de su cuerpo (remember EEUU 94? Igual, a los colombianos les fue peor):


Como me dijo Alberto, de genético no hay mucho, pero que la caja boba nos llena la cabeza con este tema, seguro. Y después lo demás ya es como reflejo pavloviano, eso de que cada 4 años se le cae la baba a uno y medio que se desespera. Aquí va una pequeña muestra del precalentamiento que hacen las grandes marcas con motivo del mundial. Quilmes va a la cabeza con momentos emotivos como este, que se rumorea que el guión fue escrito en un taller de maestras de primer grado del distrito de La Matanza:


Aunque después hay que ir ajustando el contenido a la real realidad, y de eso CQC sabe muy bien como se hace:


También hay comerciales de Quilmes con contenido inteligentemente designado para el consumidor promedio de esta bebida:


Y aquí tenemos nuevamente una filosófica intervención de nuestro gran DT, como solo le sale a él:


Coca Cola también tiene sus aportes ingeniosos al precalentamiento pre-mundial. Esta publicidad junto con la de I-Sat califica como una de mis favoritas del rubro:


Y como ya vimos más arriba, también hay que demostrar creatividad sobre la marcha del evento. El corto Corea-Japón 2002 nos dejó unas publicidades buenísimas:



Estaría bueno ver en qué andan los creativos de Quilmes y Coca Cola en estos días, a ver con que nos salimos por mitades de junio. O ustedes se creen que los creativos se inspiran recién después de las derrotas? Aunque no solo de pálidas vive el hombre, que algo se ha hecho por allí. Está lo que llamaríamos el "momento canónico":



También los 90 se trajeron lo suyo:


Y este que recuerdo que mi tía Felisa me convenció que había ocurrido lo que había ocurrido porque San Juan himself estaba en el arco ese día:


Y como no solo de Quilmes vive el hombre, también Mastercard tuvo su "share" en el chicaneo:


Pues este año como que toca otra vez, y tendremos que desempolvar rosarios, san antonios y demás, y como que no hay san Lionel habrá que arañar las paredes hasta que se nos pase la noche. Va a ser duro, y para que no me digan pájaro de mal agüero la corto aquí, en despidiéndome con mi candidato a gran DT para el 2014, aunque quizás querramos ya cambiar el modelito...