Una que sepamos todos
Will Smith don't gotta cuss
in his raps to sell records.
Well I do, so fuck him
Well I do, so fuck him
and fuck you too.
La otra vez fui a ver la película esa del 

En volviendo al idioma yanki, a nosotros también nos hubiera venido bien tener las letras de una buena parte de las canciones que escuchábamos en inglés en nuestra infancia por la tele o la radio. Por ejemplo, cada vez que comenzaba por la tele un episodio de la mujer maravilla, la serie esa con la Linda Cartera, la cortina musical obviamente se te quedaba pegada al cerebro, pero en cuanto intentabas
Por suerte habían algunas obras como Bonanza cuyo tema de apertura no tiene
Luego de un impass en el espacio-tiempo de la niñez que nos trajo guitarras, bombos, vinchitas y pañuelos, por suerte la guerra se acabó pronto, los ingleses dejaron de ser nuestros enemigos y volvió la inundación de canciones del más allá, que te dicen ve tu a saber qué, pero seguro que algo de sentido ha de tener, sino para qué compone uno una canción y saca luego el cassete a la venta, dímelo tú.
Comenzando por Miguel, el hijo de Jack, que nos trajo un tema espeluznante que por suerte
el Cuarteto Imperial nos la tradujo rápidamente al idioma de Cervantes, aunque ya del video original de la canción se podía extrapolar un poco de qué iba la historia. La versión en castellano puede parecer un poco cutre y de mal gusto. Sabed que no fue ni la primera ni la última, que hace no mucho salió al aire esta porquería
En continuando con nuestra infancia sajonizada, recuerdo que unos meses después del fenómeno Triler apareció por la tele una mujer rubia de piel oscura con cara de haber sido bastante maltratada por la vida, que se hacía llamar Cristina Turner. Algo de historia se ve que hizo porque al día de hoy
no entendíamos bien de qué. Y encima comenzó a correr por ahi la mala costumbre de acusar a los que tenían la piel un poco oscurita (que nuestro barrio como era muy progre tenía a 2 o 3 de esos ejemplares) de ser el hijo o -peor aún- una versión latina de ella misma.
Hartos de tanta intriga, nos pusimos a investigar de qué iban sus canciones, aunque solo conseguimos entender que había una parte donde decía "vudu chacha yajá" (que tiempo después me enteré que en realidad era "that the touch of your hand") lo cual nos dio un poco de miedo porque ese tema del vudu era para temer, a esa clase que magistralmente nos la dieron nuestras maestras sí que le habíamos prestado mucha atención.
Unos meses más tarde volvió a aparecer por la tele la misma Tina portando ahora unos aros del tamaño de su boca, y acompañando a Mel Gibson en la época en que éste era joven, guapo y no se dedicaba ni a la bebida ni a la religión (combinación que parece bastante común en estos días). Ahí también intentamos entender algo de lo que aullaba esta mujer, y hubo una gran controversia cuando alguien creyó descubrir que en el medio de esa canción se mencionaba a la Carrá. La frase precisa sonaba a algo como


"traducciones", seguro que al menos una tesis de filología se podría sacar de ellos.
Una pena que después comenzaron a enseñarnos en las clases de inglés cómo se cantaban realmente las

Uno se pensaría que dominados (o dominados por) el inglés y el francés ya está, ya puedes ir al bar bailable más cercano a tu domicilio a corear a viva voz todo lo que te pasan por los altavoces, pero luego te aparece el karaoke de esta:
Fue ese el verdadero motivo que me llevó este pasado verano a hacer un curso de inmersión cultural en la Corea que estoy casi seguro que era la del Sur, que si
hubiera sido la otra no estaría yo contando esto aquí sino estaqueado en un calabozo. Y no fue una mala experiencia, esos simbolitos son más fáciles de leer que los de sus parientes japoneses y/o chinos. Pero cuando ya regresado con esos aires de superación que te dan el poder dominar o ser dominado por otro idioma, me toca ir a la fiesta mensual del barrio y enterarme que el karaoke de turno es... de Heidi.... en su versión original... ¿qué pensabas que la versión original de Heidi era el tirolés? Que ilusa eres, amiga, si Heidi es un dibujito de animé japonés, a ver que tal te sale:
Pues la vergüenza que pasé allí ni te la cuento, que todas las vecinas del barrio se pusieron a murmurar la falta de cultura de quien les habla. Y ya no me queda más dinero
para invertir en otro viajecito de inmersión cultural, que entre la escapada de verano más unos dineros que envío siempre a unas líneas teléfonicas que ya no recuerdo si hacen caridad en el África o cepillan los dientes de unos osos polares en Groenlandia... que no tengo más plata para grandes eventos. A lo mejor es verdad lo que siempre nos martilla la vicerrectora de internacionales, que hay que seguir invirtiendo en la educación y seguir haciendo cursos hasta el día de tu muerte. "Formación continua" le dice ella, y yo que pensaba que solo nos quería sacar plata del bolsillo para pagar el déficit que seguro que tienen la cara de ella y la institución, pero mira tu que a lo mejor es cierto, y hay que seguir aprendiendo cosas de éstas que son útiles para la vida misma, que ni en la escuela primaria o secundaria, y ni hablar durante la vida terciaria te van a enseñar "japonés básico para karaokes", así que la has de rebuscar tú.
Lección aprendida: no dejo pasar esta semana sin apuntarme en el curso básico de japonés (paso de ir al test nivelador que ya sabemos qué me va a dar), promise. Total se puede pagar con tarjeta, y en cómodas cuotas (y está tan mal la institución que pagas la primer cuota y después vienen a llorarte para que pagues algo del resto). Y ya van a verme brillar en el próximo chocochurros, arigató!
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