Ecuador (Septiembre 2005)

Ya estamos de vuelta en "el continente", en Guayaquil. En algun momento subiremos las casi 200 fotos que sacamos en las Galapagos. Ayer fue nuestro ultimo dia alli, y como nos quisimos quedar unos dias mas despues del boat tour, nos establecimos en Puerto Ayora, que es la ciudad mas grande del archipielago, en la isla de Santa Cruz.

El tema es que el aeropuerto central de Santa Cruz esta' cerrado porque lo estan reparando, asi que los aviones ahora llegan y salen de San Cristobal, otra isla que esta' a dos horas en lancha de Santa Cruz, y es de estas dos horas que quiero explayarme un poco.

Resulta que nuestro vuelo para Guayaquil salia a las 11,30 am desde San Cristobal, asi que teniamos que tomar una lancha tempranito. Despues de preguntar un poco, nos enteramos que todos los vuelos salen mas o menos a la misma hora, asi que todas las lanchas salen desde Ayora entre las 6 y las 7 de la mañana.

Asi que ayer fuimos a las seis menos cuarto (encima tuvimos que comprar un reloj despertador porque el dueño del hotel donde estabamos parando nos aclaró amablemente que ni loco ni mamado se despertaba antes de las 8), y literalmente las "lanchas" eran algo un poqutio mas grande que lo que uno (al menos yo) se imagina que es una lancha. Como maximo podian llevar 10 personas, y estaban cubiertas con un techito mitad de material y mitad de lona de plastico...

Despues de alguna cierta confusion inicial entre comprar el pasaje y encontrar nuestra lancha, alrededor de las 7 am comenzo' el viaje. Antes de subir a la lancha alguien intento' poner un poco de orden y justo Mr. American Donald Coleman tuvo que hacerle caso, y por culpa de ponernos en una fila donde eramos los unicos "enfilados", fuimos los ultimos en subir y nos toco' en suerte (en realidad no, fuimos los ultimos en entrar asi que fue lo peorcito que nos tuvo que tocar) sentarnos en la parte de atras.

Y comenzó el viaje. Salimos del puerto y todo parecia normal, lancha sobre el agua, ruido de motores, un poquito de movimiento. Algunos de los pasajeros locales hablaban por sus telefonos celulares, nos repartieron unos salvavidas y el copiloto comenzo' a cubrir un poco mejor el "techito" de lona de la lancha.

Al rato comenzamos a entrar en mar abierto, y el vaiven comenzo' a hacerse mas prolongado. Yo nunca en mi vida me maree' ni en avion ni en lancha ni en auto ni en monta~na rusa, pero le tengo PANICO al mar abierto, asi que comence' a inquietarme un poco por los vaivenes, y el mar que se ponia cada vez mas bravo.

Poquito a poco, la cosa se fue poniendo peor peor, comenzamos a "galopar" literalmente sobre un mar que parecia un caldero de agua hirviendo. De a ratos la lancha parecia que no tocaba el agua, y medio segundo despues "caia" haciendo un PAF! fortisimo que nos hacia a todos saltar de nuestros asientos. Yo comence' a mirar alrededor para ver si todos tenian caras de "esto pasa todos los dias" y no pude dilucidar bien si eso era asi o no. Ciertamente los que antes hablaban por celular ya no lo hacian. Para peor, en esta lancha no habia de donde agarrarse, asi que estabamos todos sentados en una especie de banco largo (uno a cada costado), y por las leyes naturales de la fisica, a cada PAF! todos nos corriamos un pasito para atras. Yo, obviamente, era el ultimo asi que tenia que luchar con que no me tiren para donde ya no cubria la lona y el agua chorreaba como si fuera una alcantarilla...

Paso' otro largo rato que me parecio' una eternidad, ya casi no se veia la isla que estabamos dejando. En eso pregunte' esperanzado que hora era y me contestaron que 7:15, o sea que "solo" tenia que sufrir 1 hora y 45 minutos mas ese suplicio! En ese momento, la unica pobre desafortunada que consiguio' desayunar antes de partir, pidio' al copiloto "una funda" que
consistio' en una bolsita negra de plastico adonde hundio' su boca y comenzo' a devolver el desayuno.

Y no se crean que la bolsita la tiramos al mar, no se#nor, que no sea que los lobos marinos o los delfines se intoxiquen comiendo porqueria. El "procedimiento" fue hacerle un nudo a la bolsita negra y tirarla a la parte de atras de la lancha, justo al lado de donde estaba mi pie. Y yo que habia hecho mi gran esfuerzo de mirar para otro lado mientras la pobrecita se descomponia, ahora tenia "la evidencia" delante mio.

Y siguieron los PAF! y al rato alguien me se~nala que se me cayo' la billetera. Yo a todo esto habia encontrado una especie de argolla a un costado de la lancha y estaba prendidisimo con mis dos manos a eso que no iba a inclinarme a recoger nada, ni aunque fuera mi billetera.
Afortunadamente, era de uno que estaba 3 lugares adelante mio, que se vino "corriendo" (la billetera, digo) con los saltos de la lancha. Despues aparecio' flotando en un charquito de la parte de atras de la lancha (cerca de donde estaban la bolsita negra y mi pie) un telefono celular que tambien se vino corriendo desde adelante. La descompuesta pidio' otra "funda"...

Creo que ahi comence' a caer en la cuenta de que por mas cara de poker que pusieramos esto era un desastre. Era extra~no, si alguien se hubiera puesto a gritar de terror ahi, yo le segui'a. Pero como todo el mundo estaba sentado en sus lugares sin mas que mirar hacia adelante (excepto la descompuesta que se habia recostado sobre el hombro del que estaba al lado de ella), mi chip social no dejaba ponerme a gritar como un descosido, o pedirle amablemente al "chofer" que vaya mas despacio o que pare, que yo me bajaba alli. Asi que decidi que yo tambien iba a mirar hacia afuera con cara de poker pero que mientras tanto debia prepararme para una buena muerte, ya que a como veniamos o bien esa lancha volcaba en algun momento o bien despues de unos ciertos PAF!'s yo iba a terminar disparado hacia el medio del mar abierto y me iba a morir de panico antes de tocar el agua...

Dicen que cuando uno se encuentra frente a frente con la muerte, toda su vida pasa como un flash delante de sus ojos. Aqui tenia como una hora y media para el "flash", pero tampoco me paso' nada de eso. Al principio, como a "la niña santa", me vinieron a la cabeza las letanias de la virgen. Madre de Cristo, ruega por nosotros PAF! Madre del Salvador, ruega por nosotros PAF! En eso el copiloto le pidio' a Don que se corra un poco para adelante porque habia una cucharacha detras de el... Consuelo de los afligidos, PAF! ruega por nosotros PAF! PAF! La descompuesta pidio' otra bolsita (llegue' a contar hasta cuatro cera de mi pie).

Como todavia habia que cubrir mas de una hora de viaje y las letanias no son infinitas (aunque siempre uno agrega cosas inventadas, algunas alegoricas como "roca fuerte junto al mar" o "refugio de los naufragos"), al rato quede' agotado de eso, y ademas tuvimos la chance de pasar por el costado de una de las islas que esta' entre Santa Cruz y San Cristobal que hizo que el maremoto se parara y por un rato el camino parezca normal. Ahi aproveche' para soltarme de la argollita, sacarme la campera porque ya habia salido el sol y hacia calor, tomar un poco de agua, respirar hondo y seguir con el camino.

Y al rato volvimos al mar abierto, y volvieron los PAF! PAF! PAF! Y ahora las cosas que vinieron a mi cabeza fueron las canciones religiosas que uno cantaba cuando era chico. Algunas alegoricas como "en ti, en ti, en ti, Señor, hemos puesto nuestra fe" PAF! y otras que eran cualquiera como "lo importanteeeee es amaarrr PAF! como Cristo amooooo PAF! como Cristo amooo PAF!" Y asi se pasaron varias eternidades juntas en ese espectaculo dantesco que era por momentos estar flotando por el espacio, y por momentos estar como en el medio de un pozo donde lo unico que uno podia ver a derecha, izquierda, atras o adelante eran paredes de agua...

En algun momento el que sostenia la cabeza de la que vomitaba le pidio' al piloto si podia conducir mas suave o ir mas lento. Respuesta: "y que queres, si el mar esta' bravo hoy" PAF! Ahi alguien con cierta dosis de humana sabiduria dijo al aire la consabida frase "martes 13: no te cases ni te embarques" y todos nos reimos por lo menos como 3 PAF!s seguidos, y despues volvimos a nuestras caras de circunstancia. Despues encima tuve que explicarle a Don que era todo esto del martes 13.

Como todo lo bueno se termina alguna vez, parece ser que lo malo tambien. Y asi fue que en algun momento Don me dijo que estabamos ya cerca del puerto de San Cristobal y que el podia ver los barcos. Yo para ese momento ya me habia repasado todos los cancioneros de mi adolescencia dos o tres veces y hecho mi top ten de canciones religiosas. Efectivamente, al rato el revuelto de agua comenzo' a calmarse otra vez, y en breve llegamos a tierra firme.
Obviamente que la primera en bajar fue la pobrecita que vomito' todo el camino, arrastrada por un par de pasajeros.

Mientras esperabamos que nos entreguen el equipaje, fueron llegando las otras lanchas. Y como si a alguno de Uds. todavia le quedara la impresion de que nuestro conductor fue un irresponsable que salio' a juguetear con nosotros arriba de esa lancha, el espectaculo que ofrecian los otros pasajeros era bastante parecido: un se~nor que parecia borracho era llevado por dos gendarmes que lo tiraron en un taxi, otra se~nora mareada recuperandose en las escaleras. Mas tarde, cuando pudimos sentarnos a tomar un cafe, trajeron a una pobre mujer con el cabello todo mojado y tiritando de frio, y mientras una de sus hijas fue a buscarle algo caliente, la dejo' en compa~nia de un telefono celular donde esta pobre mujer comenzo' a contarle a su marido sobre su traumatica experiencia. Cuando cayo' su hija con el te, le hizo recordar a su madre que no estaba hablando ella con su marido sino con "el gordo", o sea que tuvo que contar toda la historia de vuelta, esta vez para "el gordo".

Todavia nos quedaba el dichoso vuelo de retorno a Guayaquil, pero a eso llegamos a tiempo y todo, y cuando el avion comenzo' a carretear por la pista y nos movimos un poco, Don me miro' y me dijo "cotton candy" (algodon de azucar). Y si, comparado con los PAF!s esto era como una cuna. El vuelo de regreso estuvo bien, nuestro equipaje llego' con nosotros y todo. Se ve que eso de no te cases ni te embarques es bien preciso, todo lo otro se puede hacer sin problemas.